Por qué te cuesta cumplir tus propósitos de año nuevo

Por Ana Cristina Jarrín

Cuántas veces has escrito propósitos para el nuevo año, pero pasan un par de semanas o quizás los primeros meses y poco a poco tus propósitos van quedando en el olvido. Quizás cumples tu propósito dentro de esos primeros meses, pero al llegar el final del año nuevamente necesitas escribir el mismo propósito… ¿alguien dijo dieta?

A pesar de no tener éxito, repites este ritual todos los años.

Hay varias razones por las que esto puede estarte pasando y vamos a explorarlas a continuación:

1. Tu propósito no es realmente tuyo

Pareciera contradictorio, pero en realidad muchas veces tenemos propósitos, porque creemos que son lo que quisiéramos tener. Pero en realidad los mismos no están alineados con tus verdaderos deseos. Y no se trata de que copiaste los deseos de tu amiga, sino más bien, que estás en un entorno que te dicta que debes de tener ciertas cosas.

En el fondo, sin embargo, no es lo que quieres. La sociedad, las redes, la familia e incluso nuestros amigos; pueden funcionar como presión, bullies, sin querer serlo, están constantemente recordándote e insistiendo que debes: bajar de peso, tener novio, estar casada, tener hijos, continuar subiendo de puesto en tu empleo, viajar a lugares exóticos, tener esa cartera que te endeude de por vida. Y si bien no tiene nada de malo tener estos sueños  –por favor piensa bien antes de endeudarte–  analiza si es lo que realmente quieres.

Los propósitos deben venir con la energía y vibración más alta y pura, esto significa que debes de sentirte muy emocionada y también auténticamente tú, al pensar en lo que quieres. Lee hasta el final para un ritual muy cool para lograr esto.

2. El propósito no es sostenible en el tiempo

Si el cambio que quieres lograr, no puede volverse un hábito que te traiga salud y balance en todo aspecto de tu vida; entonces no es sostenible y por ende vas a fracasar tarde o temprano.

Usemos de ejemplo uno de los propósitos más comunes y siempre presentes en todas las listas: bajar las libritas de más.

Pongámonos en la mente de… “María”. Ella es una mujer de 32 años, por los últimos 5 años ha escrito en su lista que va a bajar 10 libras. Llega el primero de enero, bueno más como el primer lunes de enero y María entra al Gym, se pasa con una botella de agua de dos litros por todos lados, toma tés adelgazantes, suplementos vitamínicos para quemar grasa y finalmente logra dejar los carbohidratos, incluidos todos sus amados postres.

Un mes después finalmente María está “regia” usa toda la ropa que soñó usar, las minifaldas que recortó para su visión board y ya se compró el bikini Colombiano que nunca había podido ponerse. Para celebrar sale con sus amigas a cenar y ese día se permite comer un postre que durante tanto tiempo (un mes) se prohibió. Durante los siguientes días un sinúmero de cosas suceden.

María empieza a sentirse más en confianza de poder incluir un carb por aquí y por allá. Luego en el trabajo le piden que adelante la entrega del proyecto que era para dos meses más y su horario se vuelve un caos. No logra llegar al Gym, se le queda el agua. Las pastillas le están causando taquicardia y al final del segundo mes, o quizás después de 2 o 6 meses, el peso vuelve y con unas nuevas libritas extra que antes no tenía. Esto sucede cuando nos presionamos por lograr algo que no es sostenible en el tiempo.

Tus propósitos deben de ser hábitos que vas a poder cambiar para siempre y que van a aportar a tu calidad de vida. Entonces mi consejo para María sería que analice las cosas que puede cambiar que están aportando a que su estado físico no sea el óptimo. Que mantenga una rutina de ejercicio que pueda hacer siempre, y sea flexible los días que esté más ocupada en el trabajo. Quizás esos días pueda caminar un poco más. Y mantenga solamente esa meta hasta que sea un hábito. Luego que aumente otros hábitos como tomar agua, consumir más vegetales, dormir ocho horas y cuidar su salud mental.

Cada uno de estos toma tiempo, pero cuando logras volverlos un hábito, te darán como resultado tu mejor versión a través de tu vida. Y ya no gastarás neuronas pensado en dietas, por ende, probablemente logres entregar los proyectos antes y consigas un ascenso.

3. El propósito es abrumador

Si tu propósito es gigante, como una gran montaña delante de ti, puede que desistas sin siquiera iniciarlo. Es ahí cuando la siguiente táctica te ayudará.

El primer paso es cambiar tu lenguaje. Convierte el propósito en una meta. Una vez que tengas clara cual es tu meta, vas a decidir cuánto tiempo te vas a dar o necesitas para cumplirla. El siguiente paso es encontrar los pasos (valga la redundancia) que necesitas para alcanzar esa meta y a los mismos darles fechas topes. Para visualizar esto de mejor manera te recomiendo tomar un papel en blanco y dibujar una escalera. En la parte superior de la escalera va a ir tu gran meta/propósito. Junto a esta la fecha máxima para alcanzarla. Y en cada escalón, todos los pasos que requieres para lograrlo. 

Al dividir tu gran meta en pequeñas metas, y tener claro cuánto tiempo te das para alcanzarlas, vas a lograr dos cosas. Tu gran meta ya no va a ser abrumadora y cuando alcances cada paso, sentirás satisfacción y orgullo. Se amable y honesta contigo misma y date el tiempo necesario. Utiliza herramientas a tu disposición para tener constantes recordatorias de las metas que quieres alcanzar. Arranca cada semana anotando tu prioridad (en tu planner semanal o diario) y luego las tareas que te ayudarán a cumplirla. Ten claro qué tareas puedes hacer a diario para que te acerquen a tu meta y documéntalo.  Ver en papel plasmado tu proceso y tu progreso es poderoso. Y si puedes compartirlo con personas que están tratando de alcanzar metas similares, tendrás un apoyo extra para alcanzar lo que te has propuesto. 

Recuerda que, para poder enfocarte, lograr y atraer la vida que quieres, la clave está en la manera en la que te sientes en este momento. Tu instante presente. Prueba este ritual para elevar tu vibración y encontrar el estado sublime, de donde crear tu futuro es lo más sencillo:

Despiértate con intención

Entrena tu mente para que al despertarte generes toda la energía positiva de atracción que necesites. Al despertarte detente no mires tu celular y permítete tener un minuto para ti. Respira profundo, conéctate con lo que estás sintiendo y pensando. Al despertar tu energía tiende a estar más pura y si tus primeros pensamientos son positivos, lograrás seguir atrayendo más de ese tipo de pensamientos. Por lo contrario, si te despiertas, ves tu celular, recibes malas noticias, toda tu energía va a cambiar desde ese instante y tendrás lo que llamamos un mal día. Creo que sabes a que me refiero. 

A veces no podemos evitar que circunstancias externas nos afecten. Somos humanos. En esas ocasiones, busca cosas que disfrutas hacer y crea un minuto para ti. Pon tu música favorita, tómate un baño relajante, disfruta de un rico café o te, lee un libro que te lleve a ese estado que buscas. Y cuando te sientas en esa paz, será el mejor momento de plantear tus nuevos propósitos que se convertirán en tus metas a alcanzar este 2023.